La Imaginación, el Amor y el Poder. |
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Informacion - Artículos de Opinión |
Colocado por Elvys Rodríguez |
Miércoles, 07 de Septiembre de 2011 10:56 |
![]() Y cuando se pierde la imaginación y el amor quedamos desnudos de humanidad. Hoy son todos uno, en medio del barullo partidario y la burocracia. La “cojioca” y sus placeres los igualaron. Las mansiones, lejos de los patios donde crecieron y los vuelos en primera clase, les apartaron del “sudor”, ingrediente fundamental en el brebaje de ascenso hacia las “cortinas del palacio”.
¿Qué le pasa al amor y a la imaginación cuando se alcanza la “gloria”? ¿Por qué justo cuando el hombre necesita tener despierta la imaginación y vivir con mayor intensidad el amor, se pierde en extraños laberintos sin respuesta ni solución? No son todos, me dice la conciencia mientras escribo. Pero son pocos los salvo, me respondo, sin temor a cometer un error de percepción.
Las labores propias de la conducción de un Estado, cualquiera sea la estructura, sufren desde sus génesis, el insólito hechizo de la inoperancia y la incapacidad. Tal parece que al llegar a una posición publica de responsabilidad, por más buenas intensiones con las que se asuma, se cae, de manera indefectible, en una modorra, alimentada por el ocio y la carencia de perspectiva a la hora de emprender acciones de favor colectivo.
Me duele verles enmudecidos y entorpecidos. Con esa mueca rancia, haciéndonos creer y creyéndose el centro del mundo y sus madrugadas. Maravillados en sus tronos, como si no tuvieran conciencia de su esencia pasajera. Pero sobre todo, perdidos en el limbo de la ingratitud hacia aquellos a quienes deben la posición que ostentan. Desorientados y desorbitados. Y sigo insistiendo, con la imaginación de vacaciones y el amor dormido.
Quizás sea fácil comprender la metamorfosis. En principio un murmullo cercano, una voz interior provocando. Luego los amigos, el comité, la asamblea. El eco del pueblo llamando. En esta fase prevalece la certeza, la convicción de tener en las manos razones suficientes para aspirar y la firmeza necesaria para emprender las acciones históricamente demandadas. Después, otro tipo de murmullo, cercano e incisivo, las señales del maleficio reaccionario, con la capacidad suficiente para callar el grito que provocó la ascensión. Y vencer, para que todo sea como siempre y nunca como pensamos, debe ser.
La mariposa hipoteca sus alas por un vuelo más apacible. El ruiseñor compromete su canto y lo transforma en sonrisa socarrona de medio gesto. Atrás quedan las miradas sintiendo el desamparo, gritando en silencio, calladas por costumbre y abandonas en soledad. Y así, hasta la próxima campaña, cuando vuelvan a soplar los vientos de ferias donde las fieras devoran la imaginación. Y el amor, siempre el amor, sucumbe ante las poses redentoras de un poder que no redime.
Que no basten los coros mal entonados y gastados estribillos. Las ofertas amparadas en exóticas expresiones de dudosa interpretación. Los slogans de pantalla sin propiedades conocidas. Que no baste el apretón de manos ni la oferta renovada. La consigna ha de ser AMOR con IMAGINACIÓN para merecer el PODER.
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Última actualización el Miércoles, 07 de Septiembre de 2011 11:06 |