Nos estamos haitianizando y no parece importarle a nadie (1 de 2) Imprimir
Informacion - Artículos de Opinión
Colocado por Elvys Rodríguez   
Lunes, 03 de Octubre de 2011 13:28

Mauricio ToribioPor Mauricio Toribio

Cuando hablo de que nos estamos haitianizando no quiero que se me mal interprete ya que de cierto modo pareciera que estuviese utilizando un termino peyorativo de mi parte hacia nuestros vecinos de Haití, pero no se trata en si de su gente de lo que les quiero  hablar.  Por los haitianos no siento ningún tipo de rechazo o fobia, no así de su forma depredadora, sus costumbres y su manejo agresivo de resolver las cosas, que deja mucho que desear; a lo que si le tengo miedo, temor y cuantos sinónimos puedan aparecer, y más que esas formas y costumbres de ellos están tocándonos de cerca y las estamos adoptando sin mirar que con eso podemos convertir a la República Dominicana en lo que ellos son en los actuales momentos, un Estado fallido, un desierto, un cao y un territorio sin esperanzas en donde prevalece la ley de ¨ sálvese quien pueda a como de lugar ¨.

La práctica destructiva que siempre han acompañado a los haitianos las estamos heredando los dominicanos y de manera consciente que es peor el caso.  En Haití las pocas tierras productivas que quedan, si es que hay, ya no tienen los nutrientes necesarios para ponerlas a parir, por lo tanto no sirven, son estéril, es como si no existieran.  La foresta es tan solo una palabra con un significado desconocido para ellos, así como las instituciones, que si existen, es solo de nombre.  Allá si cabe el término de Estado Fallido, porque nada funciona y lo poco que funciona, funciona mal.  En donde la vida de una persona solo vale dependiendo el poder económico que tenga. Y es precisamente a eso que me quiero referir cuando digo que nos estamos haitianizando y que a nadie perece importarles, ya que aquí estamos viendo y viviendo cosas muy parecidas a las de ellos.

Sus costumbres depredadora de la naturaleza y su gran poder de hacinamiento, de crear pobrezas y contaminación por doquier ya son también costumbres nuestras, que donde quiera nos amontonamos y lo arrabal izamos.  En Haití no existen campos agrícolas, aquí dentro de poco tampoco habrán ya que todas las tierras productivas las estamos sembrando de varillas y cemento.  Estamos creciendo de forma horizontal y no vertical, ocupando grandes extensiones de tierra para la construcción de viviendas.  Pero no solo en nuestros campos están sucediendo esas cosas, en nuestras montañas se pueden observar a lo lejos los grandes claros, fruto de la deforestación; tan solo porque algún millonario quiso hacer allí una villa o una mansión veraniega para ir los fines de semana a descansar, importándole muy poco los resultados o el daño ocasionado a la estabilidad ambiental con esa acción.

Ya no existen plantaciones agrícolas a las orillas o lugares cercanos al casco urbano de las ciudades.  En Moca por ejemplo en dicho lugares, entiéndase: Estancia Nueva, Juan López, la carretera vieja Moca – La Vega, Euripides, Monte de la Jagua, etc., donde años atrás eran excelsos platanales, yucales, hortalizas y frutos menores, ahora solo yacen pomposas edificaciones, construidas en su mayoría sin ninguna planificación urbana, obedeciendo muchas de ellas a favores políticos, en detrimento de nuestras tierras y desmejorando la calidad de vida de los Mocanos que ya no tenemos esas tierras produciendo víveres para consumo y para la exportación, dañando cruelmente la capa vegetal de la tierra y por ende la madre naturaleza que ya no cuenta con esas plantaciones para su oxigenación y para el cubrimiento de la capa de ozono.

No han valido de nada los llamados de atención de los que utilizamos nuestras plumas para denunciar esos casos de deforestación permisiva, muchos de ellos a cambio de prebendas o favores políticos como se ha comentado tanto.  Tampoco ha valido de nada los esfuerzos de la Fundación Ambiente Global y otras tantas organizaciones, clubes sociales y religiosos sin fines de lucro que luchan para prevenir el problema medioambiental, educando a la población y llevando cantidades de personas en operativo de limpiezas de ríos, costas y áreas verdes, buscando prolongar de cierta manera el efecto nocivo que la madre naturaleza revertirás sobre nosotros, más temprano que tarde de seguir como vamos.

03/10/2011